No es ninguna hippeada
Por Maravunta y Oak, estudiantes de la Udelar

Enterarse e involucrarse en la discusión sobre el medioambiente es imprescindible para nuestra vivencia en el devastador capitalismo en el antropoceno y para su enfrentamiento. Es así que desde nuestra posición como estudiantes apuntamos la alerta que se presenta, la preocupación que nos genera y algunas de nuestras reflexiones.
Partimos de pensar en la fatiga como un elemento central, tanto en lo personal, en lo social y en lo ambiental. Esta fatiga es a su vez una fuente de desmovilización y una fuente de movilización: expresión de las contradicciones inherentes al capitalismo, sus mutaciones, y de su dominio en todas las esferas de la vida.
El capitalismo es de por sí contradictorio con la vida y la naturaleza. No es noticia que nace en base a la explotación, la pobreza, la desigualdad y la devastación, de lo colonial y neocolonial; hoy tampoco duda en esclavizar, confundir, distraer, guerrear y matar en nombre de la democracia, la libertad, la igualdad e incluso «lo ambiental». Como resultado, no es noticia que estamos en una época de mayores y profundas crisis, muy difíciles de abarcar en este panorama y en este sistema –socialmente construido– que se alimenta de ellas y que busca invisibilizar.
Esto nos moviliza a cuestionar, por el hecho de contar con larga data en la explotación de los recursos naturales y mandatos que marcan los vínculos que se establecen con la naturaleza y las demás especies, por estar constantemente acechados por el capital transnacional y decisiones políticas que marcan el rumbo de sustentabilidad y la sostenibilidad; a puro eslógan de «Uruguay Natural» y con una escasa participación verdaderamente democrática.
Cabe resaltar que esta ecuación no se define por la suma de la gran mayoría, sino por el grado de poder (ideológico, económico, político, militar) que tienen pocas personas —nos preguntamos cuáles son sus valores y sus fines, y cuestionamos profundamente sus roles y posiciones— sobre la sociedad y la naturaleza. Estas redes capitalistas bajo la «ley del más fuerte» se envuelven y evolucionan enramadas en los distintos niveles por dentro y sobre los Estados, perpetuando y profundizando su poder y la injusticia incluso en el progresismo.
Consecuentemente, existen megaproyectos de capitales extranjeros que ponen en marcha intervenciones que poco se cuestionan, que profundizan procesos de extranjerización de la tierra y apuestan por reproducir modos de vida dónde el dinero y la dominación son pilares. La cuestión ambiental es un aspecto que subraya nuevamente debates políticos, sociales, económicos, culturales.
Así, podrían darse un largo listado de proyectos actuales con lo que se dominan la sociedad y la naturaleza. Entre ellos, el Proyecto Neptuno se muestra como una burla a anteriores conquistas del pueblo uruguayo en relación al agua, su concepción en la sociedad y su gestión. Desde el estado se promovía esta infraestructura hídrica privativa a la vez que se descuida y se deja oxidar a OSE, pisoteando toda dinámica participativa en el proceso. Es reciente y muy importante que la sostenida movilización popular con gran entrega y presión logró que los gobernantes en las negociaciones anularan el proyecto, redireccionando el contrato ya firmado hacia otras obras sanitarias e infraestructurales, de las que aún no se sabe mucho con claridad. Saludamos a todas aquellas variadas personas de todas las edades que se pusieron al hombro la defensa de los derechos conquistados, del agua y de la vida.
Siguiendo con otros proyectos, la prospección sísmica offshore 3D para la exploración de hidrocarburos, en la búsqueda bajo el agua de petróleo y gas natural en la plataforma continental uruguaya. También está la expansión y promoción rápida de las iniciativas de Hidrógeno Verde. Reafirmamos que estos procesos deben pasar por aprendizajes, debates y consultas populares. ¿Después quién se hace cargo de las consecuencias y contingencias? ¿Cuánto vale la naturaleza y los paisajes? ¿Quién se beneficia y quién sale perdiendo en última y primera instancia en estos megaproyectos?
Tenemos algunas experiencias con más tiempo en el país, las plantas de celulosa que cada tanto tienen contingencias significativas y van de la mano con la expansión del monocultivo y la extranjerización y agotación de la tierra, que se suma a la dinámica de la agroindustria también intensiva en químicos. Después nos sorprende que encontremos cianobacterias… a la vez que se explota y se usa de sumidero, la imágen de la naturaleza también se busca privatizar, por ejemplo edificando para sacar beneficio de las costas y de distintos lugares naturales por su belleza, de la misma forma que enjaulan a los pájaros.
Consideramos que este resultado no nace necesariamente del avance en el conocimiento, la ciencia y la tecnología, sino de las decisiones que se tomaron hacia esta dirección sórdida. Es más, otro eje de la discusión es reconocer el potencial liberador y democratizador del conocimiento para la sociedad y la vida. Las cosas no se solucionan, se atienden o distribuyen porque no se decide hacerlo o quizá sí, pero desde perspectivas limitadas que no consideran "la raíz" del problema. Nos queda pendiente una discusión más profunda sobre el rol del Estado, la Universidad, la Sociedad Civil y la necesaria comprensión, organización y acción.
Bibliografía
Merlinsky, et.al. (2018). Defender lo Común: Qué podemos aprender de los conflictos ambientales.
R. Arocena (2018). Conocimiento y Poder en el Desarrollo: Hacia estrategias democratizadoras.