Yanquis go home, que allá voy yo

05.08.2025

Por Mauro Mattos, estudiante de economía, y Federico Vassallo, estudiante de bibliotecología

¿Tan poco vale la obsecuencia?

¡Todos los gastos pagos! It's all inclusive! La Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU) participará de una edición especial del International Visitors Leadership Program (IVLP), un programa del Departamento de Estado. Una delegada del orden estudiantil por la FEUU viajará en septiembre a Estados Unidos, junto a otros representantes de la Universidad. Sus pasajes serán solventados por la embajada de ese país y los gastos de alojamiento, transporte, intérpretes, entre otros, estarán cubiertos por el Departamento de Estado. El viaje incluirá visitas a universidades, agencias gubernamentales y organizaciones del sector privado en los Estados Unidos… ¿No enciende esto las alarmas del movimiento estudiantil?

¿Cooperación o cooptación?

Una invitación a la Universidad de la República de esta índole, con estas características, no es neutra. Es un gesto que forma parte de la estrategia de influencia global del Departamento de Estado y se enmarca en la política de poder blando que Estados Unidos mantiene desde hace ya algunas décadas para reforzar sus prioridades en materia de seguridad nacional. Resulta hasta irónico que quien acuñó el concepto, señaló como herramienta de poder blando el establecimiento de relaciones duraderas con individuos por medio de becas, programas de intercambio y jornadas académicas (Nye, 2004).

La participación en estos programas puede traducirse en la naturalización de agendas ajenas a los principios históricos de la Universidad —la defensa de la soberanía intelectual, la autonomía institucional y el compromiso con los procesos de transformación social en América Latina—. ¿Qué objetivo persigue la Universidad al incorporarse en un programa desarrollado por una potencia que interviene política, económica y militarmente en la región?

Pongamos como ejemplo cuando la Universidad resolvió el 8 de abril solicitar al gobierno el cierre de la Oficina de Innovación de la ANII en Jerusalén. Los órdenes de la Universidad entendieron que para formar parte de los flujos de conocimiento global no se tiene por qué ser cómplices de un genocidio. La Universidad priorizó la señal política implícita en no colaborar con el sionismo y su aparato científico-educativo. La Udelar expresó, de esta manera, que no se pueden separar los aspectos netamente académicos del contexto político en el que se inscriben.

Estos elementos no pueden ser soslayados. Aceptar participar sin discutir críticamente sus implicancias es cuanto menos desatender no solo el origen de la invitación, sino también el entramado de intereses políticos, empresariales, militares y tecnológicos que hoy configuran el rostro más sofisticado del imperialismo contemporáneo.

¿Por qué antiimperialistas?

Antiimperialismo es más que esa larga palabra que resuena en el estatuto de la Federación. Es ver en la lucha de los pueblos del mundo por su liberación nuestra propia lucha. Es un modo de obrar, enarbolando los derechos de los pueblos a la autodeterminación, derechos que son los nuestros propios.

Somos antiimperialistas porque la injerencia en los asuntos de los pueblos latinoamericanos ha sido práctica histórica del imperialismo yanqui, sostén de las oligarquías nacionales en la lucha contra el pronunciamiento popular.

 En definitiva, somos antiimperialistas porque las armas que mataron a Susana Pintos y Hugo de los Santos fueron las mismas que le entregó, en mano, los Estados Unidos al pachequismo:

Una semana después de la muerte de Líber Arce, el 22 de agosto, Pacheco se reunió con el encargado de negocios de la embajada de Estados Unidos, John L. Topping, y le solicitó más armamento y municiones…
[...]
Por vía aérea llegaron a Montevideo 50 escopetas antimotines, 42 de las cuales fueron entregadas a la Guardia Metropolitana…
[...]
El 20 de septiembre la Metropolitana volvió a emplearlas para disparar contra una manifestación que se desarrollaba frente a la facultad de Derecho, dando muerte a los estudiantes Hugo de los Santos y Susana Pintos.
(Aldrighi, 2019, pp. 21-22)

¡¿Con qué cara, entonces, pronunciaremos sus nombres este 14 de agosto?! ¡¿Con qué derecho diremos «Liber», «Hugo» y «Susana», si luego estrecharemos la mano de sus asesinos?!

Antiimperialismo al palo

No se puede pensar en la historia de la Federación sin remarcar su acentuada impronta antiimperialista y latinoamericana, heredera de la tradición artiguista y del espíritu rebelde de la juventud de Córdoba. La FEUU ha visto en los Estados Unidos y en su política exterior al enemigo de nuestros pueblos hermanos. El combate al opresor ha empapado su discurso y, sobre todo, su actuar. Tomemos juntos una máquina del tiempo: viajemos, no a las entrañas del imperialismo como harán otros, sino al pasado de lucha de nuestra Federación.

Recordemos, primero, cuando la FEUU se manifestó en 1933 contra la celebración de la VII Conferencia Panamericana, que se llevó a cabo en Montevideo, denunciando que de ella no se podía esperar nada que no fuera «vergüenzas y humillaciones» (Sanguiñedo, 2014, p. 50). Categórica fue la acusación de nuestra Federación a lo que ha sido la práctica histórica del gigante del norte y de su Departamento de Estado.

Volvamos también sobre aquel episodio en el que Nixon, en calidad de vicepresidente, visitó Uruguay en 1958. Allí la FEUU hizo pública una declaración «que rechaza en Nixon a los Estados Unidos, opresor de América Latina». Luego —antes de cerrar con un: «Abajo el imperialismo yanqui»—, la Federación realizó un llamado a las organizaciones del campo popular para volcarse a las calles (pp. 190-191). Se sucedieron por aquel entonces grandes movilizaciones. Once estudiantes que se manifestaron contra la presencia del mandatario en nuestro país fueron detenidos (Gutiérrez, 1958).

Acontecimientos similares se registraron en 1960, cuando el presidente Eisenhower, en el marco de una gira continental, vino a nuestro país. Allí, la Federación no tardó en mostrar su repudio. En Facultad de Arquitectura los estudiantes desplegaron una enorme pancarta de más de 50 metros. Mientras la comitiva que transportaba al presidente pasaba por bulevar Artigas, algunos estudiantes, con bolsas de arena desde la azotea de la Facultad, extendieron en todo lo largo el siguiente mensaje: «Fuera el imperialismo yanqui de América Latina»; entre aquellos estudiantes se encontraba Liber Arce, primer mártir estudiantil (Caldas y Gatto, 2019, pp. 77-91).

Memoria y más memoria para recordar, ya entrado nuestro siglo, qué hizo la Federación frente a la visita de George Bush. Miles de estudiantes salieron a las calles el 9 de marzo de 2007, en protesta por la llegada del presidente estadounidense y de la titular del Departamento de Estado, Condoleeza Rice (CLACSO, 2007, p. 18). Se rechazó el acercamiento comercial con los Estados Unidos y se calificó como un error del gobierno haber invitado al «genocida» de George Bush a nuestra tierra (p. 41).

Lamentablemente, tuvimos que saltarnos varias escalas en nuestro viaje al pasado. Podríamos seguir enumerando ejemplos en los que la FEUU ha honrado en la práctica su prédica antiimperialista. Basta con sumergirse en la historia de la Federación para constatar la centralidad que esta bandera ha tenido en el accionar del estudiantado organizado a lo largo de las décadas.

De FEUU a FEE.UU.

Tampoco es necesario viajar tan lejos en el tiempo. Volvamos unos años atrás, cuando a fines de 2023 la Federación rechazó la reunión con la embajadora de Israel, luego de haberse manifestado en solidaridad con el pueblo palestino el 9 de octubre de ese año. Fue aquella una de las tantas veces en las que la FEUU expresó un profundo repudio contra el genocidio que lleva adelante Israel, furgón de cola del imperialismo yanqui en Asia Occidental.

Volvamos, también, sobre algunas definiciones que el Consejo Federal de la FEUU tomó este mismo año, cuando discutió los asuntos que debían trasladarse al Secretariado General de la Organización Continental Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes (OCLAE). Allí, la Federación se expresó sobre el gobierno de Donald Trump y afirmó que este «…representa una grave amenaza no solo para el pueblo norteamericano, sino para la estabilidad democrática, los derechos humanos y los procesos de justicia social en todo el continente». Además, en lo que refiere a la política injerencista de los Estados Unidos, la Federación consideró que Trump «…con su política exterior agresiva y abiertamente imperialista, su desprecio por el multilateralismo, su hostilidad hacia los procesos de integración regional autónoma en América Latina y su alianza con gobiernos y partidos de extrema derecha [...] augura un escenario de mayor intervención y presión sobre los pueblos del Sur Global».

Hasta ayer éramos antiimperialistas; hoy no lo tenemos claro. Hace tan solo unos meses caracterizábamos al gobierno de los Estados Unidos como una amenaza para el continente. Hoy, de la mano de ese mismo gobierno, vamos a participar de un programa que se articula como herramienta del injerencismo yanqui. ¿Cuándo fue, entonces, que el imperialismo yanqui se redimió? ¿Qué hizo que mereciera darle la mano? ¿Fue acaso en la península de Indochina, mientras prendía fuego el cielo de Vietnam? ¿Fue buscando las inexistentes armas de destrucción masiva en Irak? ¿Expía sus culpas siendo el sostén de Israel y de su maquinaria genocida? ¿Lo hace manteniendo el bloqueo en Cuba? En definitiva, ¿por qué antes «yanquis no» y ahora sí?

Referencias

Aldrighi, C. (2019). Estados Unidos y el 1968 uruguayo. Armas, adiestramiento y recursos financieros para sofocar la protesta social. Huellas de Estados Unidos, 17, 5–32.

Caldas, M. y Gatto, S. (2019). Lucha y vencerás. Una biografía de Liber Arce.

Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales. (2007). Cronología del conflicto social. Uruguay 2007.

Gutiérrez, C. M. (2 de mayo de 1958). Nixon estuvo aquí. Semanario Marcha.

Nye, J. S. (2004). Wielding Soft Power. Soft Power: The Means to Success in World Politics.

Sanguiñedo, F. (2014). La FEUU ayer y hoy. Setenta años de documentos del movimiento estudiantil uruguayo.

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